Todas las mañanas caminas entre muertos, lo que esconde el metro Tirso de Molina.

Puede que conozcas la estación de metro de Madrid Tirso de Molina, lo que quizá no sepas es que cuando caminas por sus andenes y pasillos estás caminando entre muertos.




Para construir esta estación, que abrió sus puertas al público en el año 1921, se tuvo que derribar un antiguo convento, pero lo que no sabían los arquitectos del momento es que el lugar había sido utilizado como cementerio por los frailes que vivieron allí durante más de un siglo.

Al comenzar las excavaciones para construir los túneles del metro empezaron a encontrar los cadáveres, sin embargo, lejos de desenterrarlos y trasladarlos a otro lugar, decidieron dejarlos y construir encima, de tal manera que si caminas por la estación de Tirso de Molina estás caminando por un cementerio, ya que los cuerpos se encuentran detrás de suelos y paredes.

Se dice que una vez una chica se subió de madrugada a uno de los vagones de este metro. Allí solo había tres personas más, además de ella, dos hombres de aspecto muy perturbador y una mujer de cabello negro y desgreñado, de aspecto muy cansado, que sostenían entre ambos. La chica comenzó a sentirse algo incómoda, porque la mujer la miraba fijamente.

En la siguiente parada de metro entró un hombre que se sentó con la chica, y la susurró que no mirase a aquella mujer y que se bajase con él en la siguiente parada, la chica, perpleja y sin saber qué hacer, terminó haciendo caso al señor y se bajó con él en la parada. 

Cuando ambos bajaron del metro, el señor le confesó a la chica que él era medium, y que la mujer a la que los dos hombres de aspecto muy serio estaban sujetando, realmente estaba muerta, y esos dos hombres realmente eran espíritus que llevaban a la mujer al otro mundo.

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